ÁREA: COMUNICACIÓN
GRADO Y SECCIÓN: 2DO "A"
PROFESOR: EDUARDO CORONEL GUEVARA
TEMA:
CLASES VIRTUALES DE COMUNICACIÓN - CEBA "Madre Teresa de Calcuta"
martes, 14 de abril de 2020
COMUNICACIÓN PRIMERO "A" Martes 14 de abril
ÁREA: COMUNICACIÓN
GRADO Y SECCIÓN: 1RO "A"
PROFESOR: EDUARDO CORONEL GUEVARA
TEMA: LA NOTICIA
GRADO Y SECCIÓN: 1RO "A"
PROFESOR: EDUARDO CORONEL GUEVARA
TEMA: LA NOTICIA
COMUNICACIÓN SEGUNDO "A" Martes 14 de abril
ÁREA: COMUNICACIÓN
GRADO Y SECCIÓN: 2DO "A"
PROFESOR: EDUARDO CORONEL GUEVARA
TEMA: LA NOTICIA
GRADO Y SECCIÓN: 2DO "A"
PROFESOR: EDUARDO CORONEL GUEVARA
TEMA: LA NOTICIA
lunes, 6 de abril de 2020
PRIMERA CLASE VIRTUAL 06 de abril del 2020
PRIMERA CLASE VIRTUAL
(Radio Nacional: 06-04-2020)
ÁREA: COMUNICACIÓN
GRADO Y SECCIÓN: 2do "A"
CICLO: AVANZADO
TEMA DE LA CLASE: "Yo leo, tú me cuentas. ¿Cuánto saben sobre el Coronavirus?"
Instrucciones:
1. Escucha con atención el siguiente cuento sobre el Coronavirus.
2. Copia el cuento en tu cuaderno.
3. Anota cada pregunta con su respectiva respuesta sobre el cuento narrado.
4. Desarrolla en tu cuaderno cada una de las actividades propuestas en el audio.
5. Toma foto de tu cuaderno y envíalo al grupo de WhatsApp para revisarlo y verificar que hayas desarrollado todo.
6. Recuerda que no estás sola ni solo, tienes a tu profesor para orientarte y acompañarte en el desarrollo de tus actividades y no dudes en preguntar si tienes dudas. Puedes dejar tus comentarios por WhatsApp o en este Blog.
miércoles, 30 de octubre de 2019
UNIDAD V: MATERIAL AUTOINSTRUCTIVO "USO DE GOOGLE CLASSROOM PARA LA COMPRENSIÓN DE TEXTOS ESCRITOS"
TEMA:
MATERIAL DE
AUTOAPRENDIZAJE: “USANDO GOOGLE CLASSROOM PARA COMPRENDER TEXTOS ESCRITOS”
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo denominado MATERIAL DE AUTOAPRENDIZAJE:
“USANDO GOOGLE CLASSROOM PARA COMPRENDER TEXTOS ESCRITOS” ha sido elaborado por
los docentes de Comunicación de Educación Básica Alternativa. Este medio es una
manera agil y dinamica para realizar aprendizajes a distancia, semipresencial y
presencial.
Mediante lecturas propuestas se busca trabajar la
competencia comprende diversos textos escritos en lengua materna del área de
Comunicación. Para ello los participantes y el docente entrarán conectados de
manera interactiva con la finalidad de desarrollar las sesiones de aprendizaje.
En el curso se podrá evidenciar los desempeños del área cuando los
participantes desarrollan las actividades, dialogan, interactúan.
El propósito de este material es que los estudiantes
progresen positivamente, logren los aprendizajes previsto en la programación
del curso haciendo uso de la Plataforma Google Classroom.
ÍNDICE:
I.
JUSTIFICACIÓN
II.
PROPÓSITO
III.
PLATAFORMA
GOOGLE CLASSROOM
a.
TOTORIAL
PARA EL DOCENTE
b.
TOTORIAL
PARA EL ESTUDIANTE
IV.
TÉCNICAS DE COMPRENSIÓN LECTORA
a. EL SUBRAYADO
b. EL SUMILLADO
c. ACTIVIDADES PRINCIPALES
-
LECTURA 01
-
LECTURA 02
-
LECTURA 03
V.
REPERTORIO O
CATÁLOGO
ÍCONOS Y LEYENDAS:
I.
JUSTIFICACIÓN
El
presente material surge como una iniciativa de generar material de
autoaprendizaje para los estudiantes usando la plataforma “Google Classroom” de
tal manera que de manera colateral se trabaje la competencia transversal: “Se
desenvuelve en los entornos virtuales generados por las TIC” propuestos en el
nuevo CNB con la finalidad de desarrollar la competencia: “Lee diversos tipos de textos escritos en lengua materna.”
II.
PROPÓSITO
La finalidad de este material de autoaprendizaje
es movilizar las capacidades de la competencia “Lee diversos tipos de textos
escritos en lengua materna” que tiene las siguientes capacidades:
● Obtiene
información del texto escrito.
● Infiere e
interpreta información del texto.
●
Reflexiona y evalúa la forma, el contenido y el
contexto del texto.
Para ello nos centraremos en una capacidad en
especial, a la cual le daremos mayor énfasis: “Obtiene información del texto escrito” y el desempeño a trabajar
es el siguiente:
“Identifica información explícita, contrapuesta,
relevante, complementaria y ambigua, así como falacias, paradojas y matices que
se encuentra en distintas partes de textos
expositivos y narrativos de
estructura compleja y de vocabulario variado y especializado. Integra esta
información al realizar una lectura intertextual.”
III.
PLATAFORMA
GOOGLE CLASSROOM: (Código para unirse a la clase: imc5he)
a.
TOTORIAL
PARA EL DOCENTE
Google
Classroom - Tutorial para el Docente: https://youtu.be/t-MUVB8L9pE
b.
TOTORIAL
PARA EL ESTUDIANTE
Google
Classroom Tutorial para el estudiante: https://youtu.be/VCTcKdKXX2o
IV.
TÉCNICAS DE
COMPRENSIÓN LECTORA
PRESTA ATENCIÓN SHEYLA:
EJERCICIO PRÁCTICO
Lee el texto:
Estas son las palabras
claves del texto N°1; luego
la idea principal de cada párrafo que tú la debes enlazar con tus propias palabras, para luego exponer
tu resumen.
IMAGEN
|
PELEAR O DIALOGAR?
|
PELEAR
|
DIALOGAR
|
|
Palabras claves
|
Palabras claves
|
Palabras claves
|
*NO ESTAMOS DEACUERDO CON ALGUNAS IDEAS
*DOS POSIBILIDADES
*UNA PELEA
*DIALOGAR
|
* PELEAR
*LAS PERSONAS TERMINAN SINTIENDOSE
*MAL
*RESENTIDA
*ARREPENTIDAS
|
*DIÁLOGO
*LAS PERSONAS
EXPONEN SUS PUNTOS DE VISTA.
PROPONEN ALTERNATIVAS
*SE SIENTEN TRANQUILAS Y DE BUEN ÁNIMO
|
|
Idea principal:
Cuando
no estamos de acuerdo con algo, hay dos posibilidades: pelear o
dialogar
|
Idea principal:
Pelear no trae beneficios, terminan
sintiéndose mal, resentida y arrepentida
|
Idea principal:
Al dialogar las personas exponen sus puntos de
vista proponen alternativas se sienten tranquilas y de buen ánimo
|
2) Subraya las
palabras que se encuentran en el cuadro en el texto.
RESUMEN:
……………………………………………………………………………………………………………………….
………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………………………
3) Lee el texto y ahora hazlo tú:
4) Extrae las palabras
claves del texto N°2; luego construye la idea principal de cada
párrafo completando en el cuadro que se te da a continuación:
IMAGEN
|
EL
CHOCOLATE
|
||
Palabras claves
|
Palabras claves
|
Palabras claves
|
|
|
1° párrafo
|
2° párrafo
|
3° párrafo
|
|
|
|
|
Idea principal
|
Idea principal
|
Idea principal
|
RESUMEN:
………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………
AFIANZA TU APRENDIZAJE
Lee
el siguiente texto, aplica los pasos y elabora el resumen. Utiliza azul para la
idea principal y rojo para las secundarias
Escribe
la idea Principal: Responde a la pregunta ¿De qué trata todo el texto y que
sostiene?
……………………………………………………………………………………………………………………….
……………………………………………………………………………………………………………………….
*Escribe 2 ideas secundarias
*…………………………………………………………………………………………………………………….
*…………………………………………………………………………………………………………………….
*¿Que
título le pondrías?
……………………………………………………………………………………………………………………….
*
Resumen
………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………………………..
b. EL SUMILLADO
¿Qué técnica utilizarías tú, sí tendrías que
leer y comprender un texto extenso?
……………………………………………………………………………………………………………………… …
PASOS:
Ejemplo
Tema: La maca
Responde:
1 ¿De qué se habla en el texto?
. ………………………………………………………………………………………………………………………
2¿De dónde es oriundo?
……………………………………………………………………………………………………………………….
3
¿Qué propiedades nos ofrece?
………………………………………………………………………………………………………………………
4 ¿Cuál es el desafío de las
empresas?
………………………………………………………………………………………………………………………
5 ¿A
través de que tratado está protegida este producto?
………………………………………………………………………...................................................................
6. Redacta el resumen extrayendo las
ideas esenciales y uniéndolas con conectores.
¡AFIANZA TU APRENDIZAJE!
Aplica
los pasos del sumilla do en los siguientes textos
Tema:
El chocolate es un producto hecho a
partir del fruto del cacao, que
Suele servir como ingrediente de
cocina (particularmente, de repostería).
Los primeros en consumir chocolates
fueron los aztecas.
En el siglo XVI luego de la
conquista de América, los españoles lo llevaron
a España, desde donde se difundirá
al resto de Europa.
El chocolate es reconocido como una
fuente poderosa de diversos
Nutrientes (proteínas, vitaminas
minerales etc.), Por lo que muchas
Personas lo usan como un energizarte
eficaz.
RESUMEN:
|
INVESTIGA:
Pega un texto corto y ubica:
¿QUÉ HE APRENDIDO?
|
¿CÓMO LO HE APRENDIDO?
|
¿PARA QUE ME SIRVE?
|
|
|
|
c.
ACTIVIDADES PRINCIPALES:
LECTURA 01
“LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS”
A las seis de la mañana la ciudad se levanta de
puntillas y comienza a dar sus primeros pasos. Una fina niebla disuelve el
perfil de los objetos y crea como una atmósfera encantada. Las personas que
recorren la ciudad a esta hora parece que están hechas de otra sustancia, que
pertenecen a un orden de vida fantasmal. Las beatas se arrastran penosamente
hasta desaparecer en los pórticos de las iglesias. Los noctámbulos, macerados
por la noche, regresan a sus casas envueltos en sus bufandas y en su
melancolía. Los basureros inician por la avenida Pardo su paseo siniestro,
armados de escobas y de carretas. A esta hora se ve también obreros caminando
hacia el tranvía, policías bostezando contra los árboles, canillitas morados de
frío, sirvientas sacando los cubos de basura. A esta hora, por último, como a
una especie de misteriosa consigna, aparecen los gallinazos sin plumas.
A esta
hora el viejo don Santos se pone la pierna de palo y sentándose en el colchón
comienza a berrear:
-¡A levantarse!
¡Efraín, Enrique! ¡Ya es hora!
Los dos
muchachos corren a la acequia del corralón frotándose los ojos legañosos. Con
la tranquilidad de la noche el agua se ha remansado y en su fondo transparente
se ven crecer yerbas y deslizarse ágiles infusorios. Luego de enjuagarse la
cara, coge cada cual su lata y se lanzan a la calle. Don Santos, mientras
tanto, se aproxima al chiquero y con su larga vara golpea el lomo de su cerdo
que se revuelca entre los desperdicios.
-¡Todavía
te falta un poco, marrano! Pero aguarda no más, que ya llegará tu turno.
Efraín
y Enrique se demoran en el camino, trepándose a los árboles para arrancar moras
o recogiendo piedras, de aquellas filudas que cortan el aire y hieren por la
espalda. Siendo aún la hora celeste llegan a su dominio, una larga calle ornada
de casas elegantes que desemboca en el malecón.
Ellos
no son los únicos. En otros corralones, en otros suburbios alguien ha dado la
voz de alarma y muchos se han levantado. Unos portan latas, otros cajas de
cartón, a veces sólo basta un periódico viejo. Sin conocerse forman una especie
de organización clandestina que tiene repartida toda la ciudad. Los hay que
merodean por los edificios públicos, otros han elegido los parques o los
muladares. Hasta los perros han adquirido sus hábitos, sus itinerarios,
sabiamente aleccionados por la miseria.
Efraín
y Enrique, después de un breve descanso, empiezan su trabajo. Cada uno escoge
una acera de la calle. Los cubos de basura están alineados delante de las
puertas. Hay que vaciarlos íntegramente y luego comenzar la exploración. Un
cubo de basura es siempre una caja de sorpresas. Se encuentran latas de
sardinas, zapatos viejos, pedazos de pan, pericotes muertos, algodones
inmundos. A ellos sólo les interesan los restos de comida. En el fondo del
chiquero, Pascual recibe cualquier cosa y tiene predilección por las verduras
ligeramente descompuestas. La pequeña lata de cada uno se va llenando de
tomates podridos, pedazos de sebo, extrañas salsas que no figuran en ningún
manual de cocina. No es raro, sin embargo, hacer un hallazgo valioso. Un día
Efraín encontró unos tirantes con los que fabricó una honda. Otra vez una pera
casi buena que devoró en el acto. Enrique, en cambio, tiene suerte para las
cajitas de remedios, los pomos brillantes, las escobillas de dientes usadas y
otras cosas semejantes que colecciona con avidez.
Después
de una rigurosa selección regresa la basura al cubo y se lanzan sobre el
próximo. No conviene demorarse mucho porque el enemigo siempre está al acecho.
A veces son sorprendidos por las sirvientas y tienen que huir dejando regado su
botín. Pero, con más frecuencia, es el carro de la Baja Policía el que aparece
y entonces la jornada está perdida.
Cuando
el sol asoma sobre las lomas, la hora celeste llega a su fin. La niebla se ha
disuelto, las beatas están sumidas en éxtasis, los noctámbulos duermen, los
canillitas han repartido los diarios, los obreros trepan a los andamios. La luz
desvanece el mundo mágico del alba. Los gallinazos sin plumas han regresado a
su nido.
Don
Santos los esperaba con el café preparado.
-A ver,
¿qué cosa me han traído?
Husmeaba
entre las latas y si la provisión estaba buena hacía siempre el mismo
comentario:
-Pascual
tendrá banquete hoy día.
Pero la
mayoría de las veces estallaba:
-¡Idiotas!
¿Qué han hecho hoy día? ¡Se han puesto a jugar seguramente! ¡Pascual se morirá
de hambre!
Ellos
huían hacia el emparrado, con las orejas ardientes de los pescozones, mientras
el viejo se arrastraba hasta el chiquero. Desde el fondo de su reducto el cerdo
empezaba a gruñir. Don Santos le aventaba la comida.
-¡Mi
pobre Pascual! Hoy día te quedarás con hambre por culpa de estos zamarros.
Ellos no te engríen como yo. ¡Habrá que zurrarlos para que aprendan!
Al
comenzar el invierno el cerdo estaba convertido en una especie de monstruo
insaciable. Todo le parecía poco y don Santos se vengaba en sus nietos del
hambre del animal. Los obligaba a levantarse más temprano, a invadir los
terrenos ajenos en busca de más desperdicios. Por último los forzó a que se
dirigieran hasta el muladar que estaba al borde del mar.
-Allí
encontrarán más cosas. Será más fácil además porque todo está junto.
Un
domingo, Efraín y Enrique llegaron al barranco. Los carros de la Baja Policía,
siguiendo una huella de tierra, descargaban la basura sobre una pendiente de
piedras. Visto desde el malecón, el muladar formaba una especie de acantilado
oscuro y humeante, donde los gallinazos y los perros se desplazaban como
hormigas. Desde lejos los muchachos arrojaron piedras para espantar a sus enemigos.
El perro se retiró aullando. Cuando estuvieron cerca sintieron un olor
nauseabundo que penetró hasta sus pulmones. Los pies se les hundían en un alto
de plumas, de excrementos, de materias descompuestas o quemadas. Enterrando las
manos comenzaron la exploración. A veces, bajo un periódico amarillento,
descubrían una carroña devorada a medios. En los acantilados próximos los
gallinazos espiaban impacientes y algunos se acercaban saltando de piedra en
piedra, como si quisieran acorralarlos. Efraín gritaba para intimidarlos y sus
gritos resonaban en el desfiladero y hacían desprenderse guijarros que rodaban
hacía el mar. Después de una hora de trabajo regresaron al corralón con los
cubos llenos.
-¡Bravo!
-exclamó don Santos-. Habrá que repetir esto dos o tres veces por semana.
Desde
entonces, los miércoles y los domingos, Efraín y Enrique hacían el trote hasta
el muladar. Pronto formaron parte de la extraña fauna de esos lugares y los
gallinazos, acostumbrados a su presencia, laboraban a su lado, graznando,
aleteando, escarbando con sus picos amarillos, como ayudándoles a descubrir la
pista de la preciosa suciedad.
Fue al
regresar de una de esas excursiones que Efraín sintió un dolor en la planta del
pie. Un vidrio le había causado una pequeña herida. Al día siguiente tenía el
pie hinchado, no obstante lo cual prosiguió su trabajo. Cuando regresaron no
podía casi caminar, pero don Santos no se percató de ello, pues tenía visita.
Acompañado de un hombre gordo que tenía las manos manchadas de sangre, observaba
el chiquero.
-Dentro
de veinte o treinta días vendré por acá -decía el hombre-. Para esa fecha creo
que podrá estar a punto.
Cuando
partió, don Santos echaba fuego por los ojos.
-¡A
trabajar! ¡A trabajar! ¡De ahora en adelante habrá que aumentar la ración de
Pascual! El negocio anda sobre rieles.
A la
mañana siguiente, sin embargo, cuando don Santos despertó a sus nietos, Efraín
no se pudo levantar.
-Tiene
una herida en el pie -explicó Enrique-. Ayer se cortó con un vidrio.
Don
Santos examinó el pie de su nieto. La infección había comenzado.
-¡Esas
son patrañas! Que se lave el pie en la acequia y que se envuelva con un trapo.
-¡Pero
si le duele! -intervino Enrique-. No puede caminar bien.
Don
Santos meditó un momento. Desde el chiquero llegaban los gruñidos de Pascual.
-Y ¿a
mí? -preguntó dándose un palmazo en la pierna de palo-. ¿Acaso no me duele la
pierna? Y yo tengo setenta años y yo trabajo… ¡Hay que dejarse de mañas!
Efraín
salió a la calle con su lata, apoyado en el hombro de su hermano. Media hora
después regresaron con los cubos casi vacíos.
-¡No
podía más! -dijo Enrique al abuelo-. Efraín está medio cojo.
Don
Santos observó a sus dos nietos como si meditara una sentencia.
-Bien,
bien -dijo rascándose la barba rala y cogiendo a Efraín del pescuezo lo arreó
hacia el cuarto-. ¡Los enfermos a la cama! ¡A podrirse sobre el colchón! Y tú
harás la tarea de tu hermano. ¡Vete ahora mismo al muladar!
Cerca
de mediodía Enrique regresó con los cubos repletos. Lo seguía un extraño
visitante: un perro escuálido y medio sarnoso.
-Lo
encontré en el muladar -explicó Enrique -y me ha venido siguiendo.
Don
Santos cogió la vara.
-¡Una
boca más en el corralón!
Enrique
levantó al perro contra su pecho y huyó hacia la puerta.
-¡No le
hagas nada, abuelito! Le daré yo de mi comida.
Don
Santos se acercó, hundiendo su pierna de palo en el lodo.
-¡Nada
de perros aquí! ¡Ya tengo bastante con ustedes!
Enrique
abrió la puerta de la calle.
-Si se
va él, me voy yo también.
El
abuelo se detuvo. Enrique aprovechó para insistir:
-No
come casi nada…, mira lo flaco que está. Además, desde que Efraín está enfermo,
me ayudará. Conoce bien el muladar y tiene buena nariz para la basura.
Don
Santos reflexionó, mirando el cielo donde se condensaba la garúa. Sin decir
nada, soltó la vara, cogió los cubos y se fue rengueando hasta el chiquero.
Enrique
sonrió de alegría y con su amigo aferrado al corazón corrió donde su hermano.
-¡Pascual,
Pascual… Pascualito! -cantaba el abuelo.
-Tú te
llamarás Pedro -dijo Enrique acariciando la cabeza de su perro e ingresó donde
Efraín.
Su
alegría se esfumó: Efraín inundado de sudor se revolcaba de dolor sobre el
colchón. Tenía el pie hinchado, como si fuera de jebe y estuviera lleno de
aire. Los dedos habían perdido casi su forma.
-Te he
traído este regalo, mira -dijo mostrando al perro-. Se llama Pedro, es para ti,
para que te acompañe… Cuando yo me vaya al muladar te lo dejaré y los dos
jugarán todo el día. Le enseñarás a que te traiga piedras en la boca.
¿Y el
abuelo? -preguntó Efraín extendiendo su mano hacia el animal.
-El
abuelo no dice nada -suspiró Enrique.
Ambos
miraron hacia la puerta. La garúa había empezado a caer. La voz del abuelo
llegaba:
-¡Pascual,
Pascual… Pascualito!
Esa
misma noche salió luna llena. Ambos nietos se inquietaron, porque en esta época
el abuelo se ponía intratable. Desde el atardecer lo vieron rondando por el
corralón, hablando solo, dando de varillazos al emparrado. Por momentos se
aproximaba al cuarto, echaba una mirada a su interior y al ver a sus nietos
silenciosos, lanzaba un salivazo cargado de rencor. Pedro le tenía miedo y cada
vez que lo veía se acurrucaba y quedaba inmóvil como una piedra.
-¡Mugre,
nada más que mugre! -repitió toda la noche el abuelo, mirando la luna.
A la
mañana siguiente Enrique amaneció resfriado. El viejo, que lo sintió estornudar
en la madrugada, no dijo nada. En el fondo, sin embargo, presentía una
catástrofe. Si Enrique enfermaba, ¿quién se ocuparía de Pascual? La voracidad
del cerdo crecía con su gordura. Gruñía por las tardes con el hocico enterrado
en el fango. Del corralón de Nemesio, que vivía a una cuadra, se habían venido
a quejar.
Al
segundo día sucedió lo inevitable: Enrique no se pudo levantar. Había tosido
toda la noche y la mañana lo sorprendió temblando, quemado por la fiebre.
-¿Tú
también? -preguntó el abuelo.
Enrique
señaló su pecho, que roncaba. El abuelo salió furioso del cuarto. Cinco minutos
después regresó.
-¡Está
muy mal engañarme de esta manera! -plañía-. Abusan de mí porque no puedo
caminar. Saben bien que soy viejo, que soy cojo. ¡De otra manera los mandaría
al diablo y me ocuparía yo solo de Pascual!
Efraín
se despertó quejándose y Enrique comenzó a toser.
-¡Pero
no importa! Yo me encargaré de él. ¡Ustedes son basura, nada más que basura!
¡Unos pobres gallinazos sin plumas! Ya verán cómo les saco ventaja. El abuelo
está fuerte todavía. ¡Pero eso sí, hoy día no habrá comida para ustedes! ¡No
habrá comida hasta que no puedan levantarse y trabajar!
A
través del umbral lo vieron levantar las latas en vilo y volcarse en la calle.
Media hora después regresó aplastado. Sin la ligereza de sus nietos el carro de
la Baja Policía lo había ganado. Los perros, además, habían querido morderlo.
-¡Pedazos
de mugre! ¡Ya saben, se quedarán sin comida hasta que no trabajen!
Al día
siguiente trató de repetir la operación pero tuvo que renunciar. Su pierna de
palo había perdido la costumbre de las pistas de asfalto, de las duras aceras y
cada paso que daba era como un lanzazo en la ingle. A la hora celeste del
tercer día quedó desplomado en su colchón, sin otro ánimo que para el insulto.
-¡Si se
muere de hambre -gritaba -será por culpa de ustedes!
Desde
entonces empezaron unos días angustiosos, interminables. Los tres pasaban el
día encerrados en el cuarto, sin hablar, sufriendo una especie de reclusión
forzosa. Efraín se revolcaba sin tregua, Enrique tosía. Pedro se levantaba y
después de hacer un recorrido por el corralón, regresaba con una piedra en la
boca, que depositaba en las manos de sus amos. Don Santos, a medio acostar,
jugaba con su pierna de palo y les lanzaba miradas feroces. A mediodía se
arrastraba hasta la esquina del terreno donde crecían verduras y preparaba su
almuerzo, que devoraba en secreto. A veces aventaba a la cama de sus nietos
alguna lechuga o una zanahoria cruda, con el propósito de excitar su apetito
creyendo así hacer más refinado su castigo.
Efraín
ya no tenía fuerzas para quejarse. Solamente Enrique sentía crecer en su
corazón un miedo extraño y al mirar a los ojos del abuelo creía desconocerlo,
como si ellos hubieran perdido su expresión humana. Por las noches, cuando la
luna se levantaba, cogía a Pedro entre sus brazos y lo aplastaba tiernamente
hasta hacerlo gemir. A esa hora el cerdo comenzaba a gruñir y el abuelo se
quejaba como si lo estuvieran ahorcando. A veces se ceñía la pierna de palo y
salía al corralón. A la luz de la luna Enrique lo veía ir diez veces del
chiquero a la huerta, levantando los puños, atropellando lo que encontraba en
su camino. Por último reingresaba en su cuarto y se quedaba mirándolos fijamente,
como si quisiera hacerlos responsables del hambre de Pascual.
La
última noche de luna llena nadie pudo dormir. Pascual lanzaba verdaderos
rugidos. Enrique había oído decir que los cerdos, cuando tenían hambre, se
volvían locos como los hombres. El abuelo permaneció en vela, sin apagar
siquiera el farol. Esta vez no salió al corralón ni maldijo entre dientes.
Hundido en su colchón miraba fijamente la puerta. Parecía amasar dentro de sí
una cólera muy vieja, jugar con ella, aprestarse a dispararla. Cuando el cielo
comenzó a desteñirse sobre las lomas, abrió la boca, mantuvo su oscura oquedad
vuelta hacia sus nietos y lanzó un rugido:
¡Arriba,
arriba, arriba! -los golpes comenzaron a llover-. ¡A levantarse haraganes!
¿Hasta cuándo vamos a estar así? ¡Esto se acabó! ¡De pie!…
Efraín
se echó a llorar, Enrique se levantó, aplastándose contra la pared. Los ojos
del abuelo parecían fascinarlo hasta volverlo insensible a los golpes. Veía la
vara alzarse y abatirse sobre su cabeza como si fuera una vara de cartón. Al
fin pudo reaccionar.
-¡A
Efraín no! ¡Él no tiene la culpa! ¡Déjame a mí solo, yo saldré, yo iré al
muladar!
El
abuelo se contuvo jadeante. Tardó mucho en recuperar el aliento.
-Ahora
mismo… al muladar… lleva los dos cubos, cuatro cubos…
Enrique
se apartó, cogió los cubos y se alejó a la carrera. La fatiga del hambre y de
la convalecencia lo hacían trastabillar. Cuando abrió la puerta del corralón,
Pedro quiso seguirlo.
-Tú no.
Quédate aquí cuidando a Efraín.
Y se
lanzó a la calle respirando a pleno pulmón el aire de la mañana. En el camino
comió yerbas, estuvo a punto de mascar la tierra. Todo lo veía a través de una
niebla mágica. La debilidad lo hacía ligero, etéreo: volaba casi como un
pájaro. En el muladar se sintió un gallinazo más entre los gallinazos. Cuando
los cubos estuvieron rebosantes emprendió el regreso. Las beatas, los
noctámbulos, los canillitas descalzos, todas las secreciones del alba
comenzaban a dispersarse por la ciudad. Enrique, devuelto a su mundo, caminaba
feliz entre ellos, en su mundo de perros y fantasmas, tocado por la hora
celeste.
Al
entrar al corralón sintió un aire opresor, resistente, que lo obligó a
detenerse. Era como si allí, en el dintel, terminara un mundo y comenzara otro
fabricado de barro, de rugidos, de absurdas penitencias. Lo sorprendente era,
sin embargo, que esta vez reinaba en el corralón una calma cargada de malos
presagios, como si toda la violencia estuviera en equilibrio, a punto de
desplomarse. El abuelo, parado al borde del chiquero, miraba hacia el fondo.
Parecía un árbol creciendo desde su pierna de palo. Enrique hizo ruido pero el
abuelo no se movió.
-¡Aquí
están los cubos!
Don
Santos le volvió la espalda y quedó inmóvil. Enrique soltó los cubos y corrió
intrigado hasta el cuarto. Efraín apenas lo vio, comenzó a gemir:
-Pedro…
Pedro…
-¿Qué
pasa?
-Pedro
ha mordido al abuelo… el abuelo cogió la vara… después lo sentí aullar.
Enrique
salió del cuarto.
-¡Pedro,
ven aquí! ¿Dónde estás, Pedro?
Nadie
le respondió. El abuelo seguía inmóvil, con la mirada en la pared. Enrique tuvo
un mal presentimiento. De un salto se acercó al viejo.
-¿Dónde
está Pedro?
Su
mirada descendió al chiquero. Pascual devoraba algo en medio del lodo. Aún
quedaban las piernas y el rabo del perro.
-¡No!
-gritó Enrique tapándose los ojos-. ¡No, no! -y a través de las lágrimas buscó
la mirada del abuelo. Este la rehuyó, girando torpemente sobre su pierna de
palo. Enrique comenzó a danzar en torno suyo, prendiéndose de su camisa,
gritando, pataleando, tratando de mirar sus ojos, de encontrar una respuesta.
-¿Por
qué has hecho eso? ¿Por qué?
El
abuelo no respondía. Por último, impaciente, dio un manotón a su nieto que lo
hizo rodar por tierra. Desde allí Enrique observó al viejo que, erguido como un
gigante, miraba obstinadamente el festín de Pascual. Estirando la mano encontró
la vara que tenía el extremo manchado de sangre. Con ella se levantó de
puntillas y se acercó al viejo.
-¡Voltea!
-gritó-. ¡Voltea!
Cuando
don Santos se volvió, divisó la vara que cortaba el aire y se estrellaba contra
su pómulo.
-¡Toma!
-chilló Enrique y levantó nuevamente la mano. Pero súbitamente se detuvo,
temeroso de lo que estaba haciendo y, lanzando la vara a su alrededor, miró al
abuelo casi arrepentido. El viejo, cogiéndose el rostro, retrocedió un paso, su
pierna de palo tocó tierra húmeda, resbaló, y dando un alarido se precipitó de
espaldas al chiquero.
Enrique
retrocedió unos pasos. Primero aguzó el oído pero no se escuchaba ningún ruido.
Poco a poco se fue aproximando. El abuelo, con la pata de palo quebrada, estaba
de espaldas en el fango. Tenía la boca abierta y sus ojos buscaban a Pascual,
que se había refugiado en un ángulo y husmeaba sospechosamente el lodo. Enrique
se fue retirando, con el mismo sigilo con que se había aproximado.
Probablemente el abuelo alcanzó a divisarlo pues mientras corría hacia el
cuarto le pareció que lo llamaba por su nombre, con un tono de ternura que él
nunca había escuchado.
¡ A mí,
Enrique, a mí!…
-¡Pronto!
-exclamó Enrique, precipitándose sobre su hermano -¡Pronto, Efraín! ¡El viejo
se ha caído al chiquero! ¿Debemos irnos de acá!
-¿Adónde?
-preguntó Efraín.
-¿Adónde
sea, al muladar, donde podamos comer algo, donde los gallinazos!
-¡No me
puedo parar!
Enrique
cogió a su hermano con ambas manos y lo estrechó contra su pecho. Abrazados
hasta formar una sola persona cruzaron lentamente el corralón. Cuando abrieron
el portón de la calle se dieron cuenta que la hora celeste había terminado y
que la ciudad, despierta y viva, abría ante ellos su gigantesca mandíbula.
Desde
el chiquero llegaba el rumor de una batalla.
Después de
leer el cuento, responde:
1. ¿Quién es el autor de “Los Gallinazos
sin Plumas”
...........................................................................................................................................................
2. ¿Quiénes son los personajes
principales?
..........................................................................................................................................................
3. ¿Quiénes son os personajes secundarios?
..........................................................................................................................................................
4. ¿Cómo era el abuelo Don Santos y qué
les obligaba a Efraín y a Enrique?
..........................................................................................................................................................
5. ¿Por qué el autor compara a los niños
con los gallinazos?
..........................................................................................................................................................
6. En esas idas y venidas al muladar ¿qué
le sucedió a Efraín?
..........................................................................................................................................................
7. ¿Qué hizo el abuelo a respecto?
..........................................................................................................................................................
8. ¿Efraín pudo seguir trabajando con su
pie herido?
.........................................................................................................................................................
9. ¿Qué tuvo que hacer Enrique?
........................................................................................................................................................
10. ¿Quién era Pedro y que se convirtió
para Efraín?
........................................................................................................................................................
11. ¿Por qué también enfermo Enrique?
.......................................................................................................................................................
12. ¿Qué actitud tomo el abuelo al no
tener la ayuda de Efraín y Enrique?
.......................................................................................................................................................
13. ¿Qué sucedió con Pedro?
......................................................................................................................................................
14. ¿Qué hizo Efraín ante la actitud del
abuelo?
.....................................................................................................................................................
15. ¿Qué hubieras hecho tu si fueras
Efraín?
......................................................................................................................................................
16. Si el abuelo hubiese sido amable con
sus nietos ¿Los nietos estarían contentos y agradecidos? ¿Por qué?
......................................................................................................................................................
17. Cambia el final del cuento como a ti
te gustaría que hubiese terminado.
.....................................................................................................................................................
....................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................
.....................................................................................................................................................
18. Ilustra lo que más te haya impactado
del cuento.
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¿Qué
he aprendido?
|
¿Cómo
lo he aprendido?
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¿Pará
qué sirve?
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BIBLIOGRAFIA
Instituto radiofónico fe y alegría del Perú
*paginas wikipedia.com
Santillana de 4°
LECTURA 02
TEXTO
|
Carlos y Ana
Carlos y Ana fueron de paseo al Jardín Botánico. El sol brillaba
en lo alto y los árboles regalaban su frescura aquella hermosa y cálida tarde
de diciembre. Carlos está feliz pero Ana extrañaba a su perro Peluche, quien
los había dejado para siempre, sin querer, el verano pasado.
|
NIVEL LITERAL
|
CONTESTA:
1. ¿A dónde fueron Carlos y Ana
de paseo?
………………………………………………………………………..
2. ¿Qué brillaba en lo alto?
………………………………………………………………………
3. ¿Qué regalaban los árboles?
……………………………………………………………………..
4. ¿Cómo estaban Carlos y Ana?
……………………………………………………………………….
5. ¿Quién los había dejado sin
querer el verano pasado?
……………………………………………………………………….
|
NIVEL INFERENCIAL
|
RESPONDE CON FALSO (F) O
VERDADERO (V):
1. (......) Carlos y Ana fueron
de excursión.
2. (......) Carlos y Ana fueron
de excursión una tarde de invierno.
3. (......) Ana recordaba a su
mascota.
4. (......) El perro de Ana se
escapó de la casa.
5. (......) El perro de Ana
murió.
|
NIVEL CRITERIAL
|
RESPONDE
1. ¿Qué opinas sobre las
excursiones?
2. ¿Te gusta salir de paseo los
días de verano? ¿Por qué?
3. ¿Cómo te gusta el sol? ¿Por
qué?
4. ¿Te gustan las mascotas? ¿Por
qué?
5. ¿Tienes alguna mascota? ¿Cómo
la tratas
|
LECTURA 03
Héctor
decide enfrentarse a Aquiles y encuentra un terrible final
No huiré más de ti, oh hijo de Peleo, como hasta
ahora. Tres veces di la vuelta, huyendo, en torno de la gran ciudad de Príamo,
sin atreverme nunca a esperar tu acometida. Mas ya mi ánimo me impele a afrontarte,
ora te mate, ora me mates tú. Ea, pongamos a los dioses por testigos, que serán
los mejores y los que más cuidarán de que se cumplan nuestros pactos: Yo no te
insultaré cruelmente, si Zeus me concede la victoria y logro quitarte la vida;
pues tan luego como te haya despojado de las magníficas armas, oh Aquiles,
entregaré el cadáver a los aqueos. Pórtate tú conmigo de la misma manera.
Mirándole con torva faz, respondió Aquiles, el
de los pies ligeros:
¡Héctor, a quien no puedo olvidar! No me hables
de convenios. Como no es posible que haya fieles alianzas entre los leones y
los hombres, ni que estén de acuerdo los lobos y los corderos, sino que piensan
continuamente en causarse daño unos a otros, tampoco puede haber entre nosotros
ni amistad ni pactos, hasta que caiga uno de los dos y sacie de sangre a
Ares, infatigable combatiente. Revístete
de toda clase de valor, porque ahora te es muy preciso obrar como belicoso y
esforzado campeón. Ya no te puedes escapar. Palas Atenea te hará sucumbir pronto,
herido por mi lanza, y pagarás todos juntos los dolores de mis amigos, a
quienes mataste cuando manejabas furiosamente la pica.
En diciendo esto, blandió y arrojó la fornida
lanza. El esclarecido Héctor, al verla venir, se inclinó para evitar el golpe:
se clavó la broncínea lanza en el suelo, y Palas Atenea la arrancó y devolvió a
Aquiles, sin que Héctor, pastor de hombres, lo advirtiese. Y Héctor dijo al
eximio Pelida:
¡Erraste
el golpe, oh Aquiles, semejante a los dioses! Nada te había revelado Zeus
acerca de mi destino, como afirmabas; has sido un hábil forjador de engañosas
palabras, para que, temiéndote, me olvidara de mi valor y de mi fuerza. Pero no
me clavarás la pica en la espalda, huyendo de ti: atraviésame el pecho cuando
animoso y frente a frente te acometa, si un dios te lo permite. Y ahora
guárdate de mi broncínea lanza. ¡Ojalá que toda ella penetrara en tu cuerpo! La
guerra sería más liviana para los troyanos, si tú murieses; porque eres su
mayor azote.
Así habló; y, blandiendo la ingente lanza, la
despidió sin errar el tiro, pues dio un bote en medio del escudo del Pelida.
Pero la lanza fue rechazada por la rodela, y Héctor se irritó al ver que
aquélla había sido arrojada inútilmente por su brazo; se paró, bajando la
cabeza, pues no tenía otra lanza de fresno; y con recia voz llamó a Deífobo, el
de luciente escudo, y le pidió una larga pica. Deífobo ya no estaba a su lado.
Entonces Héctor comprendiólo todo, y exclamó:
¡Oh! Ya los dioses me llaman a la muerte. Creía
que el héroe Deífobo se hallaba conmigo, pero está dentro del muro, y fue
Atenea quien me engañó. Cercana tengo la perniciosa muerte, que ni tardará, ni
puedo evitarla. Así les habrá placido que sea, desde hace tiempo, a Zeus y a su
hijo, el que hiere de lejos; los cuales, benévolos para conmigo, me salvaban de
los peligros. Ya la Parca me ha cogido. Pero no quisiera morir cobardemente y
sin gloria, sino realizando algo grande que llegara a conocimiento de los
venideros.
Esto dicho, desenvainó la aguda espada, grande y
fuerte, que llevaba en el costado. Y encogiéndose, se arrojó como el águila de
alto vuelo se lanza a la llanura, atravesando las pardas nubes, para arrebatar
la tierna corderilla o la tímida liebre; de igual manera arremetió Héctor,
blandiendo la aguda espada. Aquiles embistióle, a su vez, con el corazón
rebosante de feroz cólera: defendía su pecho con el magnífico escudo labrado, y
movía el luciente casco de cuatro abolladuras, haciendo ondear las bellas y
abundantes crines de oro que Hefesto había colocado en la cimera. Como el
Véspero, que es el lucero más hermoso de cuantos hay en el cielo, se presenta
rodeado de estrellas en la oscuridad de la noche, de tal modo brillaba la pica
de larga punta que en su diestra blandía Aquiles, mientras pensaba en causar daño
al divino Héctor y miraba cuál parte del hermoso cuerpo del héroe ofrecería
menos resistencia. Éste lo tenía protegido por la excelente armadura de bronce
que quitó a Patroclo después de matarlo, y sólo quedaba descubierto el lugar en
que las clavículas separan el cuello de los hombros, la garganta que es el
sitio por donde más pronto sale el alma: por allí el divino Aquiles le envasó
la pica a Héctor, que ya lo atacaba, y la punta, atravesando el delicado
cuello, asomó por la nuca. Pero no le cortó el gargüero con la pica de fresno
que el bronce hacía ponderosa, para que pudiera hablar algo y responderle.
Héctor cayó en el polvo, y el divino Aquiles se jactó del triunfo, diciendo:
¡Héctor! Cuando despojabas el cadáver de
Patroclo, sin duda te creíste salvado y no me temiste a mí porque me hallaba
ausente. ¡Necio! Quedaba yo como vengador, mucho más fuerte que él, en las
cóncavas naves, y te he quebrado las rodillas. A ti los perros y las aves te
despedazarán ignominiosamente, y a Patroclo los aqueos le harán honras
fúnebres.
Con lánguida voz le respondió Héctor, el de
tremolante casco:
Te lo ruego por tu alma, por tus rodillas y por
tus padres: ¡No permitas que los perros me despedacen y devoren junto a las
naves aqueas! Acepta el bronce y el oro que en abundancia te darán mi padre y
mi venerada madre, y entrega a los míos el cadáver para que lo lleven a mi
casa, y los troyanos y sus esposas lo entreguen al fuego.
Mirándole con torva faz, le contestó
Aquiles, el de los pies ligeros:
No me supliques, ¡perro!, por mis rodillas ni
por mis padres. Ojalá el furor y el coraje me incitaran a cortar tus carnes y a
comérmelas crudas. ¡Tales agravios me has inferido! Nadie podrá apartar de tu
cabeza a los perros, aunque me traigan diez o veinte veces el debido rescate y
me prometan más, aunque Príamo Dardánida ordene redimirte a peso de oro; ni,
aun así, la venerada madre que te dio a luz te pondrá en un lecho para
llorarte, sino que los perros y las aves de rapiña destrozarán tu cuerpo.
Contestó, ya moribundo, Héctor, el de tremolante
casco:
Bien lo conozco, y no era posible que te
persuadiese, porque tienes en el pecho un corazón de hierro. Guárdate de que
atraiga sobre ti la cólera de los dioses, el día en que Paris y Febo Apolo te
darán la muerte, no obstante tu valor, en las puertas Escenas.
La Ilíada, Homero
I. COMPRENSIÓN:
Según
la lectura, responde las siguientes preguntas.
1. ¿Qué
pueblos estaban en guerra?
.....................................................................................................................................................
2. ¿Por
qué Aquiles está decidido a matar a Héctor?
......................................................................................................................................................
3. ¿Qué
diosa está ayudando a Aquiles?
......................................................................................................................................................
4. ¿Qué
dios no estuvo cuando más lo necesitaba Héctor?
……………………………………………………………………………………………………………..
5. ¿Cómo
murió Héctor?
.......................................................................................................................................................
6. ¿Quién
era Patroclo?
......................................................................................................................................................
7. ¿A
quién le denominaban "el de los pies ligeros"?
......................................................................................................................................................
8. ¿A
quién le denominaban "el del tremolante casco"?
......................................................................................................................................................
9. ¿Qué
último deseo pidió Héctor antes de morir?
......................................................................................................................................................
10. ¿Se
cumplió el deseo de Héctor? ¿Por qué?
......................................................................................................................................................
II. ANÁLISIS Y OPINIÓN:
1. ¿Por qué crees que
Aquiles sentía tanto odio por Héctor? Explícalo. .........................................................................................................................................................................................................................................................................................................
2. ¿Cuál
fue el motivo por el cual Aquiles se retiró de la guerra? ............................................................................................................................................................................................................................................................................................................
3. ¿Qué
significado tiene la frase: "Revístete de toda clase de valor, porque
ahora te es muy preciso obrar como belicoso y esforzado campeón"?
......................................................................................................................................................
4. Si tú
fueras Aquiles, le perdonarías la vida a Héctor. ¿Por qué?
......................................................................................................................................................
III.REDACCIÓN:
¿Cuál es el final que te hubiera gustado para el
texto?
............................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................
IV. CREATIVIDAD:
Según el final que has creado, grafícalo.
V. INVESTIGACIÓN
1)
Redacta una pequeña biografía sobre otros
personajes de la Literatura griega.
AUTOEVALUACIÓN
¿Qué
he aprendido?
|
¿Cómo
lo he aprendido?
|
¿Para
qué me sirve?
|
|
|
|
V.
REPERTORIO O CATÁLOGO:
Solé, I. (1998). Estrategias de
lectura. Barcelona, España: Graó.
Ministerio de Educación del Perú.
(2013). Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú. Lima: Autor.
Ministerio de Educación del Perú.
(2015). Rutas del Aprendizaje. ¿Qué y cómo aprenden nuestros estudiantes? VI y
VII ciclos. Área curricular Comunicación. Lima: Autor.
Muñoz, C., Andrade M., y Cisneros
M. (2011). Estrategias de interacción oral en el aula. Una didáctica crítica
del discurso educativo. Bogotá, Colombia: Magisterio.
Piscitelli, A. (2010). Nativos
digitales. Lima: Santillana.
Real Academia Española. (2005).
Diccionario panhispánico de dudas. Madrid, España: Santillana. Real Academia
Española. (2009). Nueva gramática de la lengua española. Madrid, España:
Espasa. Real Academia Española. (2010). Nueva gramática de la lengua española.
Manual. Madrid, España: Espasa.
Real Academia Española. (2010). Ortografía de
la lengua española. Madrid, España: Espasa.
Real Academia Española. (2011).
Nueva gramática básica de la lengua española. Barcelona, España: Espasa.
Real Academia Española. (2012). Ortografía
básica de la lengua española. Barcelona, España: Espasa.
Sánchez, L. J. (Coord). (2006).
Saber escribir. Madrid, España: Aguilar.
Serafini, M. (2005). Cómo redactar un tema.
Didáctica de la escritura. Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica.
Páginas web:
Real Academia Española. (2015).
Diccionario de la lengua española. Recuperado de http://www.rae.es/
recursos/diccionarios/drae
Ministerio de Educación del Perú.
(2015). Perú. Ministerio de Educación. Recuperado de http:// www.minedu.gob.pe
TOTORIAL PARA EL DOCENTE
Google
Classroom - Tutorial para el Docente: https://youtu.be/t-MUVB8L9pE
TOTORIAL PARA EL ESTUDIANTE
Google
Classroom Tutorial para el estudiante: https://youtu.be/VCTcKdKXX2o
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